1. Purga los radiadores de gas natural.
Si el agua circula sin problema por su interior, la eficiencia y el ahorro de los radiadores de gas natural aumenta, aquí verás como purgar tus radiadores de gas natural. Y límpialos, porque cuanto menos polvo, mejor rinden.
2. Pon un termostato en tu calefacción de gas natural.
Si no lo tienes, es el momento de instalarlo. Un termostato encenderá y apagará la calefacción de forma automática, haciendo que la temperatura de casa se mantenga estable. Mantén la calefacción de gas natural a temperatura constante, las subidas repentinas incrementan la factura.
3. Revisa tu caldera de gas natural.
En la mayoría de los modelos lo normal es que la presión oscile entre los 1,2 y los 1,5 bares. Enciéndela, espera unos minutos y comprueba que está dentro de estos parámetros. Si es mayor, habrá que purgarla y, si es demasiado baja, tendrás que abrir ligeramente la llave para llevar más agua al circuito de la calefacción. Aquí te lo explicamos.
4. Revisa las ventanas y las puertas.
Según el Instituto para la Diversificación y ahorro de la Energía (IDAE), un aislamiento insuficiente provoca la pérdida de entre el 25 y el 30% de la calefacción. Revisa las grietas alrededor de las ventanas y pon masilla resistente al agua. También puedes instalar burletes.
5. Comprueba las persianas.
Revisa que no haya ninguna estropeada. Las necesitarás si quieres gastar mucho menos en calefacción. Y es que, si bajas las persianas cada noche, conseguirás que el frío del exterior no se filtre a través de los cristales de las ventanas.
6. Instala doble cortina.
Es una solución que no requiere obra y que resulta muy eficaz para evitar que el calor se escape por la ventana y el frío del exterior entre. Córrelas cada noche y tu factura y tú lo notaréis.
7. Deja que el sol entre en casa.
Cuanto más calor natural, menos gastarás en calefacción y más confort ganarás. Así que abre las cortinas en las horas de sol y deja entrar el calor del sol.
8. Cierra la puerta de la cocina.
Esta estancia tiene rejillas de ventilación que son coladeros para el frío del exterior y la calefacción del interior.
9. Es hora de sacar el nórdico.
Lleva tu edredón o tu nórdico a la tintorería y tenlo listo para ponerlo limpio cuando el frío apriete. Y aprovecha el viaje para llevar también las alfombras si no lo hiciste al guardarlas (el momento ideal). Pronto necesitarás abrigar el dormitorio.
10. Viste tu sofá de invierno.
Pasarás tiempo en él, así que súmale confort. Sitúa mantas en los brazos para taparte cuando lo necesites y cambia las fundas de cojín por textiles que te abriguen (chenilla, terciopelos,…). Si no quieres llenar el sofá de mantitas, ten un cesto cerca que decore y te sirva para meter las mantas extras.
11. Evita muebles delante de los radiadores de gas natural.
Durante los meses de buen tiempo colocamos los muebles como nos apetece sin tener presente si los tapamos o no. Haz que nada se interponga entre el calor y tu hogar. Y otro detalle a tener en cuenta: ¿tienes radiadores bajo una ventana con cortinas? Pues evita correr las cortinas mientras estés en la sala.
12. Apuesta por los colores oscuros.
En cojines, en mantas, en la funda del sofá… e incluso en una pared si tienes ganas de pintar. Los colores oscuros absorben más calor, así, por ejemplo, un gris oscuro capta el 90% del calor que le llega y uno verde intenso, el 79%.
Aplicando estos consejos, tu casa estará preparada para el invierno. Al cabo del año, ahorrarás seguro y lo mejor, pasarás un invierno ¡más confortable que nunca!