Lo cierto es que el gas natural es el elemento fundamental para los principales cocineros a escala mundial, ya que su manejo permite un mayor control de los alimentos para que las temperaturas, texturas y acabados sean tan precisos, eficientes y minuciosos como quieran. Los clásicos fogones que veíamos en las casas de nuestros abuelos y abuelas siguen hoy en boga gracias al gas natural, dejando atrás con diferencia al resto de sus competidores. Una cocina con gas no solo es sinónimo de ahorro, también de la mejor calidad de nuestros guisos favoritos. En las próximas líneas os explicamos los motivos.
Ventajas de una cocina de gas frente a una cocina eléctrica
Para empezar, debemos tener en cuenta que el coste de una cocina de inducción por lo general, es bastante superior ya de por si a una cocina de gas. Además, las cocinas a gas natural no dependen de la energía eléctrica con lo que no solo el consumo es más económico si no que se garantiza su operatividad en hipotéticos fallos de suministro.
Otro punto importante, es que las vitrocerámicas convencionales suelen operar sobre determinados utensilios, dejando de lado sin ir más lejos a las tradicionales cazuelas de barro u elementos de acero inoxidable. Aunque pueda ser un detalle sin importancia, para los expertos en cocina es algo fundamental, pero hay más cosas que les hacen decantarse por este tipo de cocina.
¿Por qué usan los cocineros las cocinas de gas natural?
El avance de la tecnología en muchas ocasiones nos hace pensar que lo nuevo es mejor que lo pasado y no siempre es así. Es el caso del sector gourmet, donde las cocinas de gas natural siguen siendo la elección número uno para los chefs más destacados del planeta. Su punto fuerte es el control de la temperatura de cocción que permite cocinar los alimentos con mayor precisión. Por ejemplo, para lograr ese tostado tan característico en carnes o pescado, es necesario regular de manera adecuada los grados a los que se somete el alimento.
Por el contrario, las eléctricas suben su temperatura de forma escalada, es decir, sin puntos intermedios, lo que hace imposible adecuar a nuestro gusto la cocina. Eso sumado al ahorro en suministros, lo hacen la primera opción para la mayoría de los restaurantes y amantes de la cocina.
Si atendemos a la experiencia de las personas mayores, ninguno de esos cocineros o cocineras cambiaría la mejor de las vitrocerámicas por una buena cocina de gas natural. La respuesta es bien sencilla, puesto que nuestro recetario tradicional se ha elaborado década tras década a fuego directo y constante. Algo que hoy por hoy solo nos lo garantizan las cocinas de gas natural dentro de nuestras viviendas.
¿Qué consume más una cocina de gas o una eléctrica?
Sin duda alguna las cocinas de gas natural tienen menor coste en cuanto al consumo. Del mismo modo que ocurre con las calderas de gas natural, este combustible no solo es más económico, sino que además procede de una energía limpia. Respecto al as cocinas eléctricas, debemos tener presente que su alimentación procede única y exclusivamente de la luz. Por tanto, solo tenemos que comparar costes a fin de mes para observar la gran diferencia que existe entre unas y otras.
Conclusiones sobre las cocinas de gas y las eléctricas
Factores como el control directo de la temperatura (no necesitamos esperar a que la superficie alcance el calor deseado ya que lo controlamos con la llama) y el poder utilizar cualquier tipo de utensilio (acero inoxidable, barro, hierro, etc.), son factores determinantes a favor de las cocinas de gas natural para muchas personas. A esto podemos sumar el hecho de que son más baratas y además su consumo es inferior debido al bajo coste del gas natural. Con este tipo de cocinas conseguimos controlar el proceso de elaboración de platos más sabrosos, todo ello de la mano de una de las energías más económicas y con los precios más estables de los últimos 15 años en nuestro país. Ahora, ya podemos decidir qué opción es mejor para nuestro hogar y nuestra a economía.