El coche a gas natural se ha posicionado como una de las alternativas a los vehículos tradicionales de gasolina o diésel más populares por ser una opción limpia, económica y sostenible.
Te contamos por qué y cómo contribuye el coche a gas natural a mejorar la sostenibilidad:
- Mejora la calidad del aire de las ciudades (gracias a la reducción de emisiones de NOx): al utilizar un coche a gas natural en lugar de uno de diésel, por ejemplo, reducirás el número de partículas contaminantes existentes en el aire. Estas partículas son muy nocivas para la salud. Está comprobado que provocan graves enfermedades respiratorias y cardiovasculares, además de pequeños síntomas que parecen insignificantes pero que a largo plazo afectan de forma importante a nuestra salud.
- Reduce la contaminación acústica en aproximadamente un 50%, ya que los coches a gas natural son mucho más silenciosos que los tradicionales.
- La obtención del combustible es más sostenible: el gas natural es la energía convencional más “amigable” con el medio ambiente que existe, ya que ni contamina ni es tóxico.
- Al utilizar gas natural en lugar de diésel o gasolina, estarás evitando la extracción y refinamiento de un combustible convencional extremadamente contaminante y limitado.
- El uso del gas natural reduce hasta un 30% la emisión de gases efecto invernadero, por tanto, ayuda a reducir el calentamiento global. Y, además, si el origen del gas natural es renovable no emite CO.
- El gas natural de origen renovable es el que se genera de forma sostenible a partir del reciclaje de nuestros residuos (la basura que tiramos cada día al contenedor orgánico), las aguas del alcantarillado y de los desechos agrícolas. Si el gas natural es de origen renovable, contribuye al desarrollo de la economía local, a la creación de empleo, ya que proviene de fuentes locales evitando tener que importar energía y contribuyendo así a una economía circular más baja en carbono.