Haz el cambio de armario y pon a punto tu casa para el frío

Radiador de gas natural en otoño Calefacción

Ahora que estamos todos con el cambio de armario es importante que no olvidemos la puesta a punto de nuestra casa para cuando el frío llegue de golpe.

Ya estamos en otoño y si bien en algunas provincias de España no se nota el frío, poco a poco el aire fresco se irá imponiendo, en especial en la madrugada y en el momento del alba, cuando el sol todavía no nos calienta. En consecuencia, si no queremos que el clima nos pille en un renuncio un día de estos, deberemos ir pensando en preparar nuestra casa para el frío.

La idea es tener una conducta eficiente para conseguir generar y mantener la máxima calidez en nuestro hogar con el mínimo gasto energético, lo que contribuirá a mantener a raya la factura energética y a garantizar nuestra sensación de confort en casa. Pero ¿por dónde empezamos?

Revisa el estado de tus radiadores y sistema de calefacción de gas natural.

El otoño, y cuando aún no lo hemos puesto en marcha, es el momento ideal para hacer la puesta a punto de nuestro sistema de calefacción y de la caldera de gas natural. Si tienes radiadores de gas natural, es el momento de purgarlos para vaciarlos del aire que puedan haber acumulado durante los meses en desuso y garantizar que, cuando los enciendas, puedan funcionar a pleno rendimiento y de la forma más eficiente posible.

Límpialos a fondo y mantenlos siempre despejados: nada tiene que cubrir ni tapar los radiadores de gas natural. De lo contrario, no aprovecharás todo el calor que emitan y el sobrecalentamiento puede incluso ser peligroso.

Revisa el aislamiento de casa y evita las entradas de aire.

Todos los puntos de contacto con el exterior son posibles fuentes de entrada de aire, así que lo más recomendable es que revises el estado de cada uno de ellos con el objetivo de asegurar un buen aislamiento energético de tu hogar.

Las puertas y ventanas, pero también los muros de nuestras casas pueden generar pérdidas de calor que luego debemos compensar con consumo energético. Sella las grietas y rendijas que pueda haber alrededor de las ventanas y puertas con una masilla resistente al agua, instala burletes en las ventanas y puertas, etc. También puedes plantearte instalar ventanas de doble acristalamiento.

Rescata las alfombras y las cortinas gruesas.

Si en verano es recomendable quitar las alfombras de la vista y sustituir las cortinas por versiones más finas, en otoño e invierno nos toca de nuevo hacer el cambio hacia materiales y texturas más gruesas y aislantes.

La lana, el terciopelo, el tricot o la piel artificial son materiales más cálidos que te ayudarán a mantener el confort térmico en casa. Si vives en alguna zona especialmente fría, también puedes optar por cortinas con forro térmico.

Aprovecha la luz solar quita los toldos y las cortinas durante el día.

La luz solar es la fuente de calor más antigua que existe y de la que podemos seguir disfrutando a coste cero. Si tus ventanas dejan entrar la luz solar, aprovecha al máximo la calidez que vaya a generarte y no dejes que nada tape su entrada en las estancias de tu casa. Eso sí, cuando el día se acabe, recuerda cubrir las ventanas con cortinas gruesas más aislantes y bajar las persianas.

Si hace mucho frío, envuelve las tuberías para que no se congelen.

Si las temperaturas mínimas son negativas, las tuberías externas corren el riesgo de congelarse y estallar. Para evitarlo, puedes envolverlas con aislamiento de espuma, plástico para tuberías o cinta de calefacción.