El bebé ha pasado mucho tiempo en el vientre materno, un lugar calentito en el que se ha sentido muy arropado, por lo que en el exterior se puede sentir un poco a exposición del frío. Es fundamental que dispongamos en nuestro hogar de una buena instalación de calefacción de gas natural que nos permita disponer de un sistema de termostato programable. De esta forma podremos elegir la temperatura y ajustarnos a lo que necesite nuestro pequeño en cada momento.
La temperatura de la habitación de los más pequeños es una de las principales preocupaciones de los padres. ¿Cómo podemos calentar la habitación infantil sin riesgo? ¿Cómo debe ser la calefacción de la vivienda? Debemos tener en cuenta que el calor debe repartirse de forma uniforme por toda la casa.
El cuarto del bebé es el lugar de la casa donde tu pequeño pasará más tiempo en sus primeros meses de vida. Por eso es importante asegurarte de conseguir un ambiente adecuado en cuanto a la temperatura, humedad y otros factores.
La Temperatura de la habitación.
La temperatura es el principal factor que influye en el bienestar del bebé. Es tan malo que pase frío como calor, ya que el sudor puede provocar deshidratación, problemas en la piel y resfriados si la ropa se queda húmeda. Lo ideal es que intentéis mantener una temperatura de entre 21 y 24 grados durante el día, cuando el bebé está activo y fuera de la cuna, y de 18 a 20 grados por la noche, porque al estar abrigado con el pijama y ropa de cama, su propio cuerpo generará calor.
El sistema de calefacción ideal para los bebés son los radiadores de gas natural, porque ofrecen un calor agradable y homogéneo. Es mejor que además permitan regular la temperatura del cuarto del bebé de forma independiente. Lo importante es mantener la temperatura constante más que poner la calefacción fuerte dos veces al día.
No es aconsejable usar estufas de butano, braseros, etc. porque vician el ambiente y son peligrosas.
Ventilación de la habitación del bebé.
Una gestión adecuada de la temperatura de la habitación infantil va de la mano de unos buenos hábitos de ventilación. Hay que dedicar como mínimo, 10 minutos al día, incluso en invierno y específicamente por la mañana, para renovar el aire de la habitación y, de esta manera, sanear la calidad del aire que se respira.
Para mayor comodidad del recién nacido o del bebé, no hay que situar su cuna o cama pegadas al radiador. Por supuesto, también hay que alejarlas de las ventanas para prevenir los golpes de frío provocados por las corrientes de aire, por muy pequeñas que éstas sean.
Humidificadores cerámicos para usarlos con la calefacción de gas natural.
Los humidificadores de cerámica son unos recipientes que se cuelgan en los radiadores de gas natural. Gracias al fenómeno de evaporación, el agua se calienta y pasa al aire, humedeciéndolo.
Si ponemos un cuenco con agua en la habitación, también conseguimos el mismo efecto. No obstante, es preferible que no se encuentre en una zona de paso o cerca de una fuente eléctrica.
La cuestión de la calefacción en la habitación infantil es importante y va de la mano de una buena ventilación y de una buena tasa de humedad en el aire. Para favorecer que tu pequeño tenga un sueño de calidad y reducir los problemas respiratorios, no olvides ventilar correctamente la vivienda y elegir un modo de calefacción de calor suave y constante como el gas natural.