En un complejo ejercicio marcado por la reducción de la movilidad asociada a los efectos de la COVID-19, el gas vehiculado apenas se redujo un 5%, frente a los 1.326 GWh del 2019, en un año que ha frenado el incremento que estaba experimentando el consumo de gas natural vehicular (ECO-G) en nuestro país, que había crecido a un ritmo del 33% anual en los últimos cinco ejercicios.
Por comunidades autónomas, nuestras redes de gas natural en la Comunidad de Madrid y Cataluña lideraron el ranking de las zonas que más ECO-G vehicularon, con un 50% y un 27%, respectivamente. Estos datos coinciden con las cifras que aporta GASNAM (Asociación ibérica que promueve el gas natural, el gas renovable y el hidrógeno en la movilidad terrestre y marítima), que también sitúa a la Comunidad de Madrid y Cataluña como las CCAA que registraron un mayor número de matriculaciones a gas natural durante el pasado año (3.197 y 1.093 vehículos) y que también concentraron un mayor número de gasineras públicas (20 y 18, respectivamente).
En cuanto al número de gasineras conectadas a nuestra red de gas natural, durante el 2020 se sumaron tres nuevas instalaciones (dos gasineras púbicas en Dos Hermanas y Granada, y una privada en Valladolid), por lo que ya hay más de un centenar de estaciones de repostaje públicas y privadas, que están conectadas a nuestra red de gas natural. Actualmente, el número de estaciones de repostaje de ECO-G en nuestro país roza las 140 instalaciones públicas.
Mejor calidad del aire
El uso del gas natural como carburante tienen importantes ventajas ambientales, como la mejora la calidad del aire, ya que reduce en más de un 85% las emisiones de óxidos de nitrógeno y en casi el 100% las partículas en suspensión, que son la principal causa de los problemas respiratorios y cardiacos derivados de la contaminación en los entornos urbanos. Además, los motores de gas natural producen hasta un 50% menos de emisión sonora y vibraciones que los motores diésel.
Gracias al uso de ECO-G, durante el pasado año se dejaron de emitir a la atmósfera más de 64.300 toneladas de CO2, que es el mismo C02 que absorberían más de 3,2 millones de árboles en una superficie equivalente al doble del parque de la Casa de Campo en la ciudad de Madrid.
Una apuesta eficiente y sostenible
La movilidad sostenible con gas natural, además de ser una tecnología madura, segura, y fácil y rápida de repostar, es la única alternativa que ofrece soluciones para todas las necesidades de movilidad, desde el transporte de mercancías de largo recorrido hasta los desplazamientos urbanos.
Además, los vehículos que utilizan este combustible tienen la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico, por lo que disfrutan de diversas ventajas como la libre circulación en el centro de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona o en periodos de restricciones de acceso por episodios de alta contaminación, incentivos fiscales o bonificaciones en las zonas de estacionamiento regulado, entre otras.
ECO-G también es un combustible para movilidad muy competitivo desde el punto de vista económico si se compara con el gasóleo y la gasolina, y se pueden lograr ahorros de entre el 25% y el 50%, en función de la solución adoptada.
Según datos de GASNAM, el parque de vehículos de gas natural continuó creciendo en nuestro país y cerró el pasado ejercicio con casi 30.000 unidades, un 25% más que en 2019. El incremento más notable se produjo en el segmento de los turismos, que creció un 30%, seguido por el de las furgonetas, que ya rozan las 5.400 unidades, un 27% más.